miércoles, 13 de mayo de 2020

Ese maldito instante

Ese maldito instante
La niña ojitos de miel llora porque se ha perdido, lleva puestos unos zapatitos de charol, un vestidito rosa y dos grandes moños en la cabeza. Inmersa en la tormenta humana entre furiosas bocinas y ruidosos motores deja escapar sus dulces lágrimas que riegan las estériles veredas.
El semáforo en rojo detiene los autos, la pequeña cruza la calle y gira sobre sí como un carrousel de caramelo y chocolote. Al levantar la mirada descubre el cielo nocturno manchado de estrellas inmenso y sereno igual que un gran elefante. Su madre corre desesperada por la ciudad preguntando a cada transeúnte por su pecosa hermosa,  pero la calle es ciega y muda y responde con gesto indiferente ante el dolor ajeno.
Las horas han pasado con la lentitud de una macabra tortura. La madre ha caído en esos momentos en que dudamos o tratamos de negar la realidad y todo parece un estúpido sueño; su figura deambula resignada frente a caras anónimas mientras la niña sentada en la hamaca de una plaza ríe a carcajadas ante las piruetas que realiza un sucio mendigo.
Espejos enfrentados-Iván Quinteros-1998



1 comentario:

  1. Excelente relato... Me ocurrió algo similar en la realidad.

    Señorita Caracolina

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