lunes, 15 de junio de 2020

Esclavos de las palabras


¿Existe un contrato implícito entre lector y escritor?
Desde la época de la caverna los seres humanos hemos compartido nuestras historias al calor de una fogata. Los que permanecían dentro de la caverna escuchaban con credulidad las experiencias vividas por los más aventureros en el exterior. La literatura de ficción nace allí, en esa escena. La literatura desde su inicio es comunicación y su intriga se funda en la capacidad de los oradores para captar la atención del público y en la magnitud de sus aventuras relatadas.
El llamado pacto de ficción entre el escritor y el lector se sostiene en la dialéctica entre la credulidad y la incredulidad, cuando la trama pierde tensión o se generan ruidos dentro del relato se pierde la atención del receptor, el oyente nunca es pasivo, en todo caso su quietud es signo de concentración y aceptación.
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha es considerada la primera novela moderna, las circunstancias de su escritura al menos son llamativas. Miguel de Cervantes Saavedra escribe el Quijote durante su estancia en la cárcel, es decir en la oscuridad del encierro, privado de su libertad.
Si Dios creo al hombre para que le contara cuentos el hombre creo a Dios para encontrar la libertad del silencio.

1 comentario:

  1. El pacto de ficción entre el escritor y el lector es un acto de absoluta correspondencia.
    Ambos se encuentran en una realidad diferente, sin lugar ni tiempo establecido.
    ¿Qué busca un lector? ¿Qué busca el escritor? Ambos se zambullen en el juego y diálogo atemporal.
    En algunas ocasiones buscan lo mismo un - encuentro alterno- una búsqueda de la libertad prístina. El encuentro consigo mismo por medio de la palabra, la lectura y el reflejo de su ser. Aquel encuentro que los hace libres y sagrados, porque se encuentran en un mundo de sentires y pensares que en la 'vida real' les es difícil encontrar.

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